“¡Bendito sea el Rey que viene en el Nombre del Señor!” (Lc 19,38)

Dominus flevit, ¨donde el Señor lloró¨, Jerusalen, Tierra Santa
 
 
Con el domingo de Ramos empezamos la semana más importante de nuestra fe. Los antiguos la llamaban la gran semana, o la semana mayor.
De hecho en estos días celebramos el misterio central de nuestra fe: la entrega, la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo. En verdad para nosotros cristianos, es como si ésta semana tuviera ocho días, desde este domingo hasta el próximo domingo. La Iglesia nos desafía a vivir estos días con fuerza, en espíritu de profunda oración, de penitencia, de caridad, de conversión, de búsqueda y de ofrenda de perdón y de participación activa en la comunidad eclesial.
Celebramos la entrada de Jesús a Jerusalén. El pueblo hace una fiesta para recibir a Jesús. Lo aclaman como profeta y adornan su camino como a su rey. Pero Jesús no se ilusiona Él sabe lo que le espera en Jerusalén. Él sabe que hasta esta manifestación popular instigará aun más a los que no lo aceptan, y lo quieren matar. Las aclamaciones del pueblo son como un combustible sobre la envidia, la rabia, la ceguera. Nada peor para los que son malos que ver la gloria de aquellos a quien odian. Y Jesús conocía sus corazones. Sin embargo, Jesús no evita estas manifestaciones. Al contrario las promueve, entra en Jerusalén solemnemente. Él sabe que su hora está llegando. Él siente que su misión ya está por terminar. Ya bastan las enseñanzas, él quiere ahora manifestar con su vida, con su capacidad de sufrir, la grandeza del amor de Dios por nosotros.
Al final es para esto que él vino: para revelarnos hasta que punto Dios nos ama. Con palabras se puede decir el cuanto se ama. Con sus parábolas, con sus comparaciones, con sus milagros él ya nos había hecho entender que Dios es realmente bueno, nos quiere mucho y desea el bien para todos nosotros. Pero cuando lo vemos a él, Dios omnipotente, clavado en una cruz, y sabemos que él no necesitaba estar allí, mas lo hizo por nosotros, entonces descubrimos que las palabras son débiles, y por más que digamos, no podemos describir el amor de Dios. Solamente la contemplación del crucificado puede ser para nosotros una ventana que nos abre al gran misterio del corazón de Dios.
Por otro lado Jesús sabia que en su cruz, en su sacrificio total, nos daría la medicina para nuestros pecados, para nuestra libertad. El sabía que igual al árbol del paraíso, que tenía un fruto atrayente y que llevó Adán y Eva al pecado y la expulsión de la gracia, él mismo seria el nuevo fruto del árbol ahora plantado en este “valle de lagrimas”, que atraería a todos a él, y aquellos que se alimenten de él, serian llevados de nuevo al paraíso. El sabía que en sus heridas nosotros podremos encontrar la sanación de todos nuestros males.
Estimado hermano, vive profundamente esta semana santa, santifícate cada momento. Dentro de tu posibilidad acércate todos los días a una iglesia, participa de la misa, haz una buena confesión, contempla con los ojos y con el corazón el misterio del amor de Dios. Haz al menos una buena obra de caridad. Realiza un poco de penitencia, muéstrate que eres capaz de dominar tu cuerpo. Pues solamente así en el próximo domingo, octavo día de esta semana, podrás exultar de alegría en el Señor resucitado. Y entenderás que significa su resurrección en tu vida.
Que Dios te acompañe en la aventura de esta semana santa.
El Señor te bendiga y te guarde,
El Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.
Hno Mariosvaldo Florentino, capuchino

Escudo del Papa Francisco

 
 
16 de marzo, 2013. (Romereports.com) El escudo del cardenal Jorge Mario Bergoglio, el nuevo Papa Francisco, refleja su humildad y devoción a la Virgen María. Aunque como Papa, deberá ser modificado de acuerdo con las reglas de la heráldica papal.




 
 
El escudo cuenta con tres símbolos situados en triángulo, sobre fondo azul. Lo más destacado, en la parte superior, es el sol con las letras IHS en el centro. El símbolo de la Compañía de Jesús, a la que pertenece.

En la parte inferior izquierda se ha sustituido la estrella de cinco puntas por una estrella de ocho puntas (recordando las ocho bienaventuranzas), que junto con el fondo azul simboliza a la Virgen María y en el lado inferior derecho hay un nardo que representa a San José. De esta manera queda representada la Sagrada Familia y la devoción particular del Papa Francisco a la Virgen María y a San José.

Bajo el escudo se distingue su lema en latín que significa: “lo miro con misericordia y lo eligió”, que hace referencia a un pasaje de la Biblia en el que Jesús escoge a Mateo como discípulo. Mateo era un recaudador de impuestos que dejó las riquezas terrenales para predicar el Evangelio.

Perfil de Francisco – Jorge Mario Bergoglio [2013-03-13]

Habemus Papam 266.
Francisco (en latín Franciscus PP. ), nacido Jorge Mario Bergoglio S. J. (Buenos Aires, 17 de diciembre de 1936), es el papa número 266 de la Iglesia católica y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano. Resultó elegido el 13 de marzo de 2013, tras el la renuncia al cargo de Benedicto XVI, por los cardenales que votaron en el cónclave. Es el primer Pontífice procedente del continente americano.



Anteriormente, tras la muerte del papa Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, fue considerado uno de los candidatos a tomar el lugar del Sumo Pontífice, cargo para el cual fue electo Joseph Ratzinger, quien adoptó el nombre papal de Benedicto XVI).
Bergoglio fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos. Impedido por el estatuto de asumir un nuevo mandato, durante la 102.º asamblea plenaria de ese organismo se eligió al arzobispo de la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, José María Arancedo, para sucederlo.

BIOGRAFÍA

Jorge Bergoglio nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio (empleado ferroviario) y Regina (ama de casa). Egresó de la escuela secundaria industrial E.N.E.T Nº 27 (ahora E.T.Nº 27) Hipólito Yrigoyen, con el título de técnico químico. A los 21 años (en 1957) decidió convertirse en sacerdote. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto, como novicio de la orden jesuita.

SACERDOCIO

Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969. A partir de entonces hizo una larga carrera dentro de la orden de la cual llegó a ser «provincial» desde 1973 hasta 1979, ya durante la Dictadura cívico-militar argentina.

OBISPO Y CARDENAL

Luego de una gran actividad como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado obispo titular de Auca el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los cuatro obispos auxiliares de Buenos Aires.
Cuando la salud de su predecesor en la arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a flaquear, Bergoglio fue designado obispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997. Tomó el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.
Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el papa Juan Pablo II lo creó cardenal del título de san Roberto Belarmino. Además se constituyó en el primado de la Argentina, resultando así el superior jerárquico de la Iglesia católica de este país.
Forma parte de la CAL (Comisión para América Latina), la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
En virtud de su puesto episcopal, es además miembro de la Conferencia Episcopal Argentina de la cual fue presidente en dos ocasiones, hasta 2011 y del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano).
Tras dos periodos consecutivos como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el 8 de noviembre de 2011 los obispos electores de ese organismo designaron para reemplazarlo al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, primo hermano del fallecido expresidente argentino Raúl Alfonsín y hasta entonces vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal.4 5

VATICANO

Al morir Juan Pablo II, eran 117 los cardenales menores de 80 años en condiciones de votar para elegir un nuevo papa, entre los cuales se encontraba el cardenal Bergoglio, de quien se dice que logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido (es decir, el segundo lugar detrás del que fue elegido y convertido en Benedicto XVI, el cardenal Joseph Ratzinger. Sin embargo, puesto que existe obligación de secreto absoluto para los asistentes al cónclave (Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de 22 de febrero de 1996, cap. II, n.º 48) bajo pena de excomunión reservada al Sumo Pontífice (Código de Derecho Canónico, canon 1399), este dato debe tomarse como mera especulación.
En marzo de 2013, el Cardenal Jorge Bergoglio fue uno de los dos cardenales argentinos que participaron del cónclave que elegió al sucesor del Papa Benedicto XVI.
Fue elegido papa el 13 de marzo de 2013, tras 5 votaciones en el cónclave después de la renuncia de Benedicto XVI. Su nombre de Papa es “Francisco I”.
En la Santa Sede fue miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; del Pontificio Consejo para la Familia y de la Pontificia Comisión para América Latina.

ORIENTACIÓN

El Papa Francisco I ha tenido una creciente reputación como un hombre muy espiritual, con un talento para el liderazgo pastoral.
El Papa también ha escrito libros sobre la espiritualidad y meditación, y ha sido muy franco en contra del aborto y los matrimonios del mismo sexo. En 2010, cuando Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano en legalizar el matrimonio del mismo sexo, el Papa alentó al clero de todo el país para alentaran a los católicos a protestar en contra de la legislación, ya que, en caso de aprobarse, podría “herir gravemente a la familia”. También dijo que la adopción por parejas del mismo sexo se traduciría en “privar (niños) del crecimiento humano que Dios quería para ellos dado por un padre y una madre”.
En 2006, criticó la propuesta argentina para legalizar el aborto en determinadas circunstancias, como parte de una amplia reforma legal. Acusó al gobierno de falta de respeto por los valores de la mayoría de los argentinos y de tratar de convencer a la Iglesia Católica “de flaquear en nuestra defensa de la dignidad de la persona”.
Su papel a menudo le obligó a hablar en público sobre los derechos económicos, problemas sociales y políticos que enfrenta su país. Sus homilías y discursos están llenos de referencias al hecho de que todos los hombres son hermanos y hermanas y que la iglesia y el país tiene que hacer todo lo posible para asegurarse de que todos se sientan bienvenidos, respetados y cuidados.
Aunque no es abiertamente político, el Papa Francisco no ha tratado de ocultar el impacto político y social del mensaje del Evangelio.
Ha mediado en casi todos los conflictos sociales y políticos de la ciudad y los sacerdotes recién ordenados se han descrito como “la generación Bergoglio”.

Fuentes: Agencias, CNS, Wikipedia, Signos de estos Tiempos

Primeras palabras del Papa Francisco I, nuevo sucesor de Pedro

El Cardenal Bergoglio ahora Papa Francisco I,
primer papa latinoamericano

VATICANO, 13 Mar. 13 / 03:15 pm (ACI).-
En sus primeras palabras al mundo, el recién elegido Papa Francisco I, pidió a los fieles católicos de Roma y con ellos a los de todo el mundo, que recen a Dios por él ahora que inicia su ministerio petrino.
Ante una abarrotada Plaza de San Pedro, el Santo Padre dijo: “hermanos, hermanas, buenas noches. Ustedes saben que mis hermanos cardenales que han debido escoger a un Obispo de Roma han ido a elegirme al fin del mundo”.
El Pontífice pidió luego a todos “hacer una oración por nuestro Obispo Emérito Benedicto XVI. Recemos todos juntos por él, que la Virgen lo custodie”.
“Comenzamos este camino juntos, un camino de fraternidad, de amor y de confianza entre nosotros. Recemos siempre unos por los otros, recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad”.
El Papa señaló luego que “deseo que este camino de Iglesia que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi Cardenal Vicario sea fructífero para esta bella ciudad”.
“Quisiera darles la bendición, pero antes pido un favor. Antes de que el Obispo bendiga al pueblo, pido para que Dios bendiga a su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de ustedes para mí”, aseguró.

En unos años recién podremos valorar las enseñanzas de Benedicto XVI sobre el laicismo [2013-03-13]

Fue el Papa necesario para interpretar la naturaleza de los peligros.
Probablemente pasen algunos años antes de que entendamos el gran legado que nos deja Benedicto XVI. Fue el Papa reflexivo que se necesitaba en ese momento, para interpretar lo que está detrás del estado secular cada vez más agresivo, que usa un doble discurso, ampliamente comunicado por los medios de comunicación del sistema.



Su advertencia es: en occidente el Estado está empujando cada vez más hacia una agenda secular. Y en esa agenda está tirar para afuera a la Iglesia, no sólo de la plaza pública, sino de la cultura, por lo que la amenaza a la libertad religiosa es muy real.

LA AMENAZA DEL LAICISMO RADICAL AL TESTIMONIO DE LA IGLESIA

En enero de 2012, el Papa Benedicto se dirigió a los obispos estadounidenses de Baltimore, Washington y la Arquidiócesis para los Servicios Militares durante su visita ad limina a Roma, diciéndoles:
“Es imprescindible que toda la comunidad católica de los Estados Unidos se de cuenta de las graves amenazas al testimonio público moral de la Iglesia presentadas por un laicismo radical que se manifiesta cada vez más en el ámbito político y cultural. La gravedad de estas amenazas deben ser claramente apreciadas en todos los niveles de la vida eclesial. Especialmente preocupantes son ciertos intentos que se realizan para limitar la más apreciada de las libertades americanas: la libertad de religión”

APROBACIÓN DE LEYES Y REGLAMENTOS CONTRA LOS CATÓLICOS

Más o menos al mismo tiempo el Papa estaba advirtiendo a los obispos de Estados Unidos (y, de forma indirecta, todos los estadounidenses) sobre la amenaza a la libertad religiosa de los secularistas radicales, como los intentos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de la administración Obama.
Ese mismo enero, la secretaria del HHS, Kathleen Sebelius, pronunció un mandato a todas las instituciones religiosas – especialmente a las universidades y los hospitales católicos – que tendrían que proporcionar anticonceptivos abortivos y esterilización en sus planes de seguros.
El mandato HHS no es un hecho aislado, sino parte de una campaña más grande, extendida por la mentalidad secular en Europa y América para reducir la presencia e influencia del cristianismo en el mundo hasta que finalmente desaparezca de la historia, invirtiendo así los efectos de los 2000 años de evangelización de la Iglesia.

COMPRENDER LO QUE SUCEDE Y LUEGO EVANGELIZAR

El llamado del Papa a una Nueva Evangelización – que redoble los esfuerzos del Papa Juan Pablo II – está hecho para hacer frente a esta amenaza muy real. El destino de la Iglesia en el tercer milenio depende en gran parte de nuestra respuesta a la secularización activa que tanto ha hecho para borrar el cristianismo durante los dos últimos siglos del segundo milenio.
Para responder con oración, tenemos que comprender el alcance real de la amenaza secular.
Benedicto es un hombre muy leído en la historia, y así él entiende muy claramente que la secularización agresiva ha ido ganando terreno político desde los horrores de la brutal descristianización durante la Revolución Francesa. Ocurrió en Francia; ocurrió en Rusia y en los satélites soviéticos; ocurrió de otra manera con la imposición de la pseudo-religión del nazismo que se hizo cargo de su tierra natal, Baviera; y continúa en la actualidad en todas las democracias liberales de Europa.
Y, como el Papa advirtió, la secularización ha llegado a los Estados Unidos de América.
Se retiran los Diez Mandamientos. No hay lectura de la Biblia en las escuelas. Ninguna oración pública. No hay “Feliz Navidad”. Se afirmar el “matrimonio gay”. Y, como hemos visto con el mandato HHS:
“Tú debes participar en la revolución sexual”.

DOBLAR LA RODILLA ANTE EL ESTADO

El mensaje de todo el laicismo radical tal es claro:
“Tú tienes que doblar las rodillas ante el Estado”.
El Estado laico a menudo pone el mensaje en términos más acogedores, términos que deben sonar como una tentación muy familiar:
“Si tu doblas la rodilla delante de mí, entonces yo te daré todo el esplendor y placeres del mundo”.

EL DISFRAZ DE PLURALIDAD DEL LAICISMO

El laicismo es, por definición, la afirmación de este mundo y el rechazo del otro. Está históricamente arraigada en un materialismo que niega la existencia de Dios, los ángeles, el alma y la vida futura. Su fundamento es “el espíritu mundano” que es la fuente de antagonismo del laicismo a la Iglesia.
Como el Papa Benedicto XVI ha advertido, este antagonismo está a menudo disfrazado de la benefactora afirmación de la pluralidad.
Pero cuando secularistas contemporáneos predican la tolerancia, practican lo que el Papa ha llamado una “tolerancia negativa”:
una “nueva intolerancia”, a través de “las normas de pensamiento que se supone que deben imponerse a todo el mundo” – lo que en Estados Unidos llaman “lo políticamente correcto”.
El resultado, ha señalado el Papa, es en realidad:
la “abolición de la tolerancia, pues significa, en definitiva, que la religión, que la fe cristiana, ya no se permite que se exprese visiblemente“.
Ese resultado es, por supuesto, el verdadero objetivo de la laicidad: la eliminación del cristianismo de la cultura.

PROMOCIÓN DEL RELATIVISMO

La afirmación aparentemente benéfica de la pluralidad tiene, como el Papa Benedicto XVI ha señalado, una manifestación más profunda – la promoción del relativismo. El relativismo dice con una sonrisa amable:
“Vamos a afirmar todos los puntos de vista como igualmente buenos; todas las maneras de vivir como igualmente admirables. Todos los pensamientos como igualmente verdaderos”.
Pero oculto bajo el guante de terciopelo de esta afirmación está a menudo una mano de hierro dispuesta a imponer lo que el Papa ha llamado con razón “la dictadura del relativismo”.
Como advirtió el cónclave que acabaría de elegirlo para el papado,
“estamos avanzando hacia una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que tiene como su más alta meta su propio ego y sus propios deseos“.
Ese “egoísmo” es inherente a la negación secular de Dios y la reducción materialista del bien y del mal al placer personal físico y al dolor.
Sin Dios para definir el bien y el mal, la gente se vuelve a sus pequeños dioses propios, creando sus propias reglas morales que maximicen este mundo de satisfacciones.

EL LLAMADO DE BENEDICTO XVI

En respuesta, el Papa Benedicto XVI ha hecho un llamamiento
“para un laicado católico comprometido, articulado y bien formado, dotado de un fuerte sentido crítico de la cultura dominante y con el coraje para hacer frente a un secularismo reductivo que deslegitima a la Iglesia para participar en el debate público sobre las cuestiones que están determinando el futuro de la sociedad”.
Esa llamada fue dada directamente a los obispos de Estados Unidos que lo visitaron en enero de 2012 como una tarea esencial de la nueva evangelización, que incluye también
“una articulación convincente de la visión cristiana del hombre y de la sociedad”, como la verdadera alternativa al secularismo radical.
Un llamado que es para todos los católicos de todo el mundo.
Fuentes: Benjamín Wiker para National Catholic Register, Signos de estos Tiempos

Reflexión de Gotas de Paz, IV Domingo de Cuaresma Ciclo C

Domingo 10 de marzo de 2013

“Todos, publicanos y pecadores, se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos, pues, con los maestros de la Leymurmuraban y criticaban: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos.” (Lc 15, 1-2).

iglesia sobre las ruinas de la casa de San Pedro, Cafarnúm, Tierra Santa

 
 
También hoy muchas personas aun piensan que las bendiciones, la atención y el cuidado de Dios son un derecho reservado solamente a aquellos que siempre hacen todas las cosas bien. Ciertamente el Señor aun hoy escucha muchas reclamaciones, que cuestionan su actitud, en relación a los pecadores, y que quieren enseñarle a, cómo castigar a los malos. Es para responder a estas críticas que Jesús cuenta la bellísima Parábola del Hijo Prodigo. Y hoy él nos cuenta a nosotros. Conforme sea nuestra vida, cada uno de nosotros podrá identificarse con uno de los dos hijos. Cada uno de ellos tiene un comportamiento muy característico y un modo de relacionarse con el Padre.
El hijo más joven es aquel que agarró toda su herencia y dejó al padre. El entendía lo que significaba ser un hijo, esto es, tener derecho a la herencia, pero no entendía lo importante que era estar junto con el padre. Mal gastó todos sus bienes. Probó la dureza de la vida. Hizo la experiencia de una profunda humillación (que en este evangelio es descrita con el hecho de tornarse un servidor de chanchos y no poder ni comer la comida de ellos). Y así, en el sufrimiento él descubrió cuanto había perdido. Entendió que estar cerca del padre, aunque ahora sin ningún derecho, sería lo mejor. Y decidió empezar el camino de retorno. Ciertamente no era fácil. Tuvo que vencer su orgullo. Estaba decidido a humillarse. Ya tenía hasta programado decir al padre: “Padre, pequé contra Dios y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo, trátame como a uno de tus empleados.”
Es muy importante este gesto del “retornar”. Es ser capaz de revisar la decisión. Es querer re-empezar la vida. Es asumir públicamente que se había equivocado. Ciertamente la reacción del padre sería otra si al envés de volver, él hubiese mandado a alguien solamente a pedir dinero, porque estaba muy necesitado, pero queriendo seguir la misma vida.
El padre cuando ve al hijo que retorna a su casa, se llena de alegría, y le ofrece a él mucho más de lo que él se merece. El padre entendió que la vida ya le había castigado, y le había dado sus lecciones. Por eso le recibe con un abrazo. Le cubre de besos. Le devuelve la dignidad colocándole el anillo, vistiéndolo y calzándolo. Manda a matar el mejor novillo y hace una fiesta. En su corazón de padre, entiende la justicia a partir de la misericordia.
El hijo mayor, al acercarse a la casa, no entiende lo que pasa. Pero, creo que sospechaba, pues él conocía la tristeza de su padre desde que su hermano había partido, y por eso no fue él mismo a ver lo que sucedía, prefirió preguntar a un empleado. Cuando descubrió que era su hermano que había retornado, se llenó de rabia, porque le parecía muy injusto, después de todo el mal que hizo, premiarlo con una fiesta. Nació en su corazón también el celo. “¿Por qué a él todo esto, y a mí, que soy bueno, nada?” “Yo siempre obedecí, siempre trabajé, siempre estuve aquí... y nunca recibí nada...” “¡Yo merezco, pero él no!!!”
El padre reconocía todo el valor de este hijo mayor y por eso salió fuera para buscarlo. Pero, él descubrió algo muy triste: el hijo mayor aunque le haya sido siempre fiel, se sentía más bien un empleado y no un hijo, al acusar al padre de no haberle dado nunca ni un cabrito para hacer una fiesta con sus amigos, él estaba revelando que no se sentía dueño, que no se sentía heredero. Tal vez todo lo que siempre había hecho, no era por estar convencido de que esto era lo mejor, sino por miedo, o solo por obedecer, sin sentirse realizado. El padre descubrió que el hijo mayor, que siempre le fue “fiel”, también necesitaba cambiar.
No basta cumplir todo bien! Es importante tener la motivación justa. Pues, si no es así, nos sentiremos defraudados, y pensaremos que no valió la pena ser buenos. No sirve de nada estar siempre con el padre, si no me siento un hijo.
Vista del Mar de Galilea desde la orilla de Cafarnaúm, Tierra Santa
Este es tiempo de cuaresma. Jesús nos invita a hacer una radiografía de nuestras vidas y descubrir si estamos en las condiciones del hijo menor, esto es: lejos de Dios, gastando nuestras vidas con cosas inútiles, o experimentando pruebas y dolores por opciones equivocadas que hicimos... o si estamos en las condiciones del hijo mayor, esto es, participando, sirviendo, colaborando, rezando pero con motivaciones equivocadas, pensando que estoy haciendo un comercio con Dios, o sintiendo a Dios como un patrón, y lleno de rabia, o envidia, o celos de aquellos que creo que no son tan buenos como yo, pero que me parece que reciben más gracias que yo...
¡Ambos necesitan conversión! El menor necesita decidir retornar a casa y colocarse en el camino, pero también el mayor necesita encontrar la verdadera motivación para ser bueno, sin depender de los demás.
Dios quiere mucho a ambos hijos. Los quiere abrazar y festejar, pero depende de cada uno.
El Señor te bendiga y te guarde,
El Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.
Hno Mariosvaldo Florentino, capuchino